Soy muy consciente, de que titular el artículo como los «Problemas de la Libertad Financiera» genera rechazo. Lo sé, créeme.
Podría haberlo titulado como «Los retos de la libertad financiera«, pero en mi caso, el reto se volvió un problema.
Además, es posible que estés leyendo este artículo porque quizá a ti te ha sucedido algo parecido: ser rico y no ser feliz del todo (te recomiendo el artículo al acabar si es tu situación), o bien estar jubilado o prejubilado y sentirte perdido con esa libertad financiera.
Tras hablar con decenas de personas libres financieramente: personas ricas de nacimiento, jubilados, emprendedores de éxito, hijos de ricos, empresarios… he podido encontrar los 7 problemas más importantes a los que se enfrenta alguien que no necesita trabajar para vivir y las fases psicológicas que recorre que curiosamente, son las de una persona jubilada…
¿Curioso? No.
Listado Problemas de la Libertad Financiera
- Exceso de tiempo libre
- Falta de Propósito
- Falta de Compromiso
- Desmotivación
- Desconfianza
- Cambios en la percepción de otros sobre ti
- Soledad
Fases de la Libertad Financiera
- prejubilación
- Luna de Miel
- desencanto
- reorientación
- estabilidad
Problemas de la Libertad Financiera
1- La libertad financiera y el tiempo libre
El primer problema de la la libertad financiera es tener mucho tiempo.
Al no tener que trabajar, debes enfrentarte en llenar el espacio que deja libre un trabajo que son al menos 8 horas.
8 horas los 365 días del año es demasiado tiempo para el ocio.
Cuando trabajamos, todos los hobbies e iniciativas personales que queremos llevar a cabo debemos realizarlas en ese pequeño espacio de tiempo que queda entre el trabajo y el resto de obligaciones de nuestro día a día: familia, labores de hogar…
Es por eso, que normalmente no tenemos tiempo para llevar a cabo todos nuestras ideas personales, porque no tenemos tiempo.
Sin embargo, la libertad financiera es todo lo contrario.
Si te apetecía tocar un instrumento, podrás hacerlo. Puedes hacerlo durante tanto tiempo, que llega un momento que te cansará. Dejará de ser un hobbie que aprecias porque nadie está 8 horas haciendo un hobbie día tras día.
Los demás no tienen tanto tiempo. Trabajan o estudian. No puedes estar con otros como si fuera época de vacaciones.
Es cierto, que cuantas más inquietudes y sueños tengas, más lleno podrás tener tu día con esas tareas pendientes. Pero todo tiene un límite. Podrás tocar la guitarra 2 horas, aprender otro idioma, viajar, hacer ejercicio… pero con el paso de los días, ese tiempo será demasiado amplio como para llenarlo sin un propósito.
2. La libertad financiera y el propósito
El segundo problema de la libertad financiera es la falta de propósito.
Llegados a este punto, la mayoría de las personas se pregunta «ahora qué«.
La respuesta no es sencilla y la filosofía lleva haciéndola desde hace miles de años: ¿Quiénes somos? ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?
Yo lo defino como propósito.
Es más difícil de lo que parece responder a la pregunta:
¿Qué harías si no tuvieras que trabajar? ¿Cuál es tu vocación?
Yo pensaba que sabía la respuesta.
La he respondido muchas veces antes de alcanzar la libertad financiera de la siguiente manera:
1- Viajaría, conocería mundo, tocaría un instrumento…
Una vez realizados, acaban siendo insuficientes. Esos sueños se realizan antes o después y vuelves al casilla de salida.
2- Ayudaría a los demás:
¿Cómo? ¿Cuál es la mejor manera de ayudar a los demás? ¿Dónde haces falta? ¿Quién te necesita? ¿Te motivaría hacer eso concreto? ¿Te levantarías todos los días dispuesto a dar el 100%? ¿Crees que si no das el 100% te va a hacer feliz?
3- Haría algo que me apasione. Eso que he querido hacer siempre:
Si realmente tienes una vocación por algo, enhorabuena, me alegro muchísimo por ti. Hay gente que tiene muy claro lo que quiere ser en la vida (muy poca). Otros creen que lo tienen muy claro, pero en realidad, si llegaran a esta situación se sorprenderían.
Ojalá seas un visionario o tengas un don que explotar y lo tengas claro. Pero lo normal, es ser normal y sentirte desubicado.
3. Libertad financiera y compromiso
El tercer problema de la libertad financiera es el compromiso.
Comprometerse con algo significa hacer un promesa a futuro de que pase lo que pase seguirás ahí.
Los ingleses dirían que es una «big word». Es decir, una palabra con grandes implicaciones.
Yo, que estoy felizmente casado, hice una promesa que quiero mantener de por vida con mi mujer cueste lo que me cueste. Mis hijos, pueden contar conmigo cueste lo que me cueste. Le da un sentido a mi vida y desde luego implica muchísimos sacrificios que estoy encantado de realizar. Eso es compromiso. La promesa por adelantado de que vas a estar ahí.
Ese plano de mi vida (soy muy afortunado) lo tengo claro quedándome el plano profesional «vacío».
No implicarse al 100% significa no comprometerse. No puede depender de que te apetezca o no.
Y aquí está el problema: ¿Cómo vas a comprometerte con un futuro que no tienes claro?
Cuando te casas, tampoco puedes decir (o al menos en muchos casos), que lo tengas «claro». Pero sí te sientes en disposición de hacer un promesa. Y ese es el punto al que quiero llegar.
4. La falta de motivación y la libertad financiera
El cuarto problema de la independencia financiera es la desmotivación.
El trabajo que realizamos la mayoría de nosotros (cuando no somos libres financieramente), nos obliga a seguir adelante. Necesitamos el dinero para vivir.
No tenemos alternativa: tenemos que trabajar si o sí, nos guste más o menos.
La necesidad es un importante factor externo que te empuja y motiva para ir al trabajo.
Lo he vivido. He tenido que empujar y mucho para llegar hasta aquí en trabajos que no he disfrutado.
Sin embargo, cuando no tienes necesidad tú eres el que decide si trabajas o no, si te esfuerzas o no y mantenerse motivado es complicado.
Cuando estaba sacando adelante mi empresa era un reto. Íbamos a tope. Todo dependía de nosotros. Estábamos en la cresta de la ola. Los socios nos exigíamos unos a otros.
Tanto es así, que ahora se hace mucho más evidente la desmotivación.
Puedo decir que he alcanzado el éxito y ahora resulta muy, muy difícil encontrar algo que lo iguale en el futuro.
5. La libertad financiera y la (des) confianza
El quinto problema de la libertad financiera es la desconfianza.
La libertad financiera implica «tener dinero», y puede ser difícil saber si hay un interés real en ti, o por el contrario, dicha persona busca otra cosa y eso genera desconfianza.
«Cuando eres la persona más rica del mundo, todo el mundo que te rodea lo hace por el dinero»
Jack Ma – Fundador de Alibabá
Esta situación no siempre es blanca o negra. Los límites son imprecisos. Se desdibujan un poco y se mezcla un interés genuino por ti, con otro que es el del dinero.
Y es normal.
Yo mismo he sentido ese sentimiento por personas que sabes que tienen patrimonio: ¿Qué harán?, ¿qué pensarán de la vida?, ¿estarían interesados en esta idea?
Tanto es así que incluso gente que te ha conocido siempre en una circunstancia determinada, cambie la percepción que tiene de ti. Lo que me lleva al punto 6…
*Personalmente no he notado grandes cambios sobre este punto, pero sé que otras personas sí.
6. Libertad financiera y cambios en la percepción de otros sobre ti
El sexto problema de la libertad financiera son los cambios en la percepción de ti.
Alcanzar la libertad financiera conlleva cambios que difícilmente se pueden esconder en tu círculo cercano.
En el momento que dejas de trabajar, y decides, por ejemplo, marcharte de viaje en momentos que nadie puede, envías señales de que algo ha cambiado. A ojos de muchas personas puede esconderse, pero tu círculo cercano, familia y amigos es normal que puedan ir percibiendo cambios y que cambie la imagen de ti.
Cuando lo saben, cuando por fin se enteran de tu libertad financiera y el velo cae, es posible que te miren con otros ojos. Como si descubrieran a alguien nuevo. Se siente extraño. Sigo siendo yo. O al menos eso te crees. Ellos no sabían eso de ti. La percepción de ti cambia. Se produce un cambio en tu amigo o familiar, aunque esa persona lo esconda. Puede que sea admiración en algunos casos, sorpresa, envidia…
Hay quien cree que por tener dinero, debes empezar a ser diferente; quizá juzguen como avaricia o egoísmo el que no quieras gastar un dinero en algo determinado aunque puedas. El hecho de que puedas gastar ese dinero, no significa que tengas que hacerlo ¿no? No lo tienes claro, igual ¿sí?
Solo quieres y esperas que te traten igual que si no lo tuvieras.
Soy el de siempre.
La pregunta es: ¿Lo eres?
7. La Libertad Financiera y la soledad de la discreción
El séptimo problema de la libertad financiera es la soledad.
Somos personas sociales, necesitamos hablar con otros, y queremos compartir nuestros éxitos y fracasos con los demás, especialmente si tenemos confianza. Pero no estamos hablando de compartir un cambio menor.
Tienes que aprender a manejar tu nueva libertad financiera y mi opinión es que debes ser discreto, no solo porque creo que en el éxito debes ser humilde, sino porque sinceramente creo que puede traerte problemas.
El gran pero es que es muy difícil. Para empezar porque es posible que nadie te haya preparado. Quizá hables más de la cuenta, quizá te vanaglories, peques de falsa modestia o simplemente no puedas contenerlo ¡joder! ¿Cómo no se lo voy a contar a todos?
No sería mi consejo. Intenta seguir las palabras de Andre Maurois: “No decir más de lo que haga falta, a quien haga falta y cuando haga falta”.
Yo lo hago lo mejor que puedo.
Esta web quizá refleja lo que intento transmitir: No sabes quien soy, pero lo estoy compartiendo.
Si has identificado más problemas ¡compártelo en los comentarios o escríbeme!
Y si tienes soluciones ¡compártelas!
Fases de la Libertad Financiera
Las fases psicológicas que debe recorrer una persona con Libertad Financiera, en mi experiencia son las mismas por las que se pasa al enfrentarse a la jubilación o prejubilación.
Existe infinidad de artículos que explican estas fases en la jubilación, y así me lo corroboran las conversaciones que he mantenido.
En realidad, no me parece sorprendente esta relación después de hablar con tantas personas. Resulta casi evidente que sea así.
La jubilación (en principio) debería permitirte dejar de trabajar y generarte unos ingresos pasivos que superan tus gastos, como en la libertad financiera.
Soy consciente de que esto no tiene por qué ser así, pero por analogía a el concepto de Libertad Financiera que tenemos en mente, es la misma situación.
Y es que varios de los problemas de la libertad financiera los comparte un jubilado: falta de propósito, tiempo libre, desmotivación o soledad. La jubilación además puede conllevar otros problemas como un descenso importante del nivel de vida o problemas de salud que se añadirían.
Como el propósito de este artículo es explicar la relación entre la jubilación y las fases de quien alcanza la libertad financiera, trataré de explicarlas para quien sea ya libre financieramente entienda que es posible que deba transitarlas más rápido o más lento.
Podéis leer la historia de Ángel una persona Libre Financieramente que sin quererlo es un reflejo de esta adaptación: Un Buen inversor de Vida
1. Libertad Financiera y la Prejubilación o pre-retiro (no siempre se da)
Salvo que haya sucedido un evento imprevisto como que te haya tocado la lotería o una herencia inesperada, lo normal es que durante los últimos meses o años antes de la jubilación o Libertad Financiera te prepares para este evento, tanto a nivel psicológico como práctico. Habrás hecho una planificación económica, habrás pensando en todos esos sitios que quieres visitar y hobbies que practicar.
En esta fase se generan expectativas en torno a la experiencia de la jubilación.
2. Fase de “Luna de miel» en la Libertad Financiera
¡Soy libre! ¡Soy Libre Financieramente! ¡Me he jubilado!
Ocupa los primeros días, semanas o meses que siguen al momento de la jubilación o Libertad Financiera.
Es la sensación de estar de vacaciones, y puedes sentirse “feliz”, por lo que realiza planes múltiples y sus expectativas suelen ser elevadas.
Todo se vive a flor de piel.
3. Fase de “Desencanto” en la Libertad Financiera
Pasadas las primeras semanas, puede que las cosas no sean como esperábamos.
Quizá has viajado ya por muchos lugares y estés cansado, el hobbie ya no es tan divertido porque no da para tanto, los planes tienen ciertas limitaciones, el dinero no es un problema, pero quizá tampoco te permita hacer cosas infinitas, la sensación de inactividad, desmotivación y falta de propósito crece.
Debes enfrentarte a tu nuevo yo.
En esta fase aparecen las preguntas introspectivas: ¿ahora qué? ¿Qué hago con mi vida? ¿En qué consiste esto de vivir? ¿Cuál es el propósito?
Es posible que estas preguntas escalen a una sintomatología ansiosa o depresiva fruto de la decepción o la frustración si no consigues adaptarte.
En esta fase me encuentro ahora mismo yo adentrándome poco a poco en la siguiente. El motivo de la creación de este blog es precisamente ese, una adaptación y respuesta al desencanto.
4. Fase de “Reorientación” en la Libertad Financiera
La fase de reorientación es una progresión de la etapa de desencanto; después de que se frustren las expectativas idealizadas sobre la jubilación o libertad financiera, la persona reevalúa su situación de un modo más realista.
En este momento se exploran actividades productivas o de ocio nuevas o se retoman otras que habían sido abandonadas.
Asimismo, se fomenta tener rutinas y organizarse. Planificar el día con objetivos que te saquen de alguna manera de la zona de confort. Exigirte un poco más y tener «quehaceres».
¡Incluso se puede volver al trabajo!
Quizá, y solo quizá, la persona jubilada no tenga fácil volver a trabajar, pero no es el caso de alguien más joven que aunque sea financieramente libre, puede decidir trabajar porque la definición de Libertad es aquella persona que no necesita trabajar para pagar sus gastos ya que sus ingresos pasivos cubren su nivel de vida.
Y es que el trabajo da un sentido a la vida, te da un propósito y si eres joven, pienses que no has terminado tu cometido y que te queda mucho por ofrecer.
Es normal.
La decisión llegados a esta situación es decidir el compromiso que vas a adquirir con el trabajo.
Es en cierta medida, lo que estoy haciendo yo.
5. Fase de Estabilización en la Libertad Financiera
Es el momento en el que nos adaptamos a la nueva situación de Libertad Financiera aceptando nuestro nuevo estatus y alcanzando un equilibrio entre las posibilidades y los recursos.
Quienes han alcanzado la etapa de estabilidad son conscientes de los patrones de conducta que les resultan más placenteros o les aportan más valor olvidando aquellos idealizados sueños.
Esta estabilización, con el tiempo puede hacer volver a fases anteriores.
Las conversaciones mantenidas me constatan que la pregunta «ahora qué» puede volver con el tiempo.
Las personas más interesantes que he conocido en mi vida, no sabían que hacer con su vida.
Anónimo
Te dejo este vídeo que por alguna razón ha dejado huella y es un antídoto contra la ansiedad.